Esta pregunta es desde un punto de vista de SAAS. Si un usuario ejerce su derecho a ser olvidado bajo GDPR, ¿qué sucede con su información de facturación?
Las buenas prácticas sugieren que debe eliminar la información de la tarjeta tan pronto como el cliente cancele su cuenta, pero ¿qué pasa con otros detalles como el correo electrónico o la dirección de facturación? Si se elimina toda esta información, ¿cómo podemos justificar de dónde obtuvimos los fondos?