Lo impiden mediante el uso de controles de acceso para restringir el acceso a quién puede cambiar los campos de datos y al implementar la auditoría para monitorear los cambios autorizados. Como es de esperar, una base de datos que contiene información bancaria suele ser bastante restrictiva sobre quién puede realizar cambios. También tienen registros de transacciones que pueden usarse para validar los cambios en el saldo de la cuenta, donde si se nota un cambio en el saldo de la cuenta sin una transferencia correspondiente de otra fuente, se marca para su revisión. Esto, al igual que los registros de auditoría del usuario, mantuvieron el trabajo como un medio para desalentar los cambios no autorizados, así como para identificar la fuente de un cambio si se realizó uno.
Los diferentes países tienen estándares diferentes, pero en los Estados Unidos de América tenemos regulaciones federales y estatales que someten a las instituciones financieras a auditorías internas y externas de sus prácticas. Mantener controles técnicos y de procesos adecuados sobre la administración de cuentas es parte de lo que investigan estas auditorías.
Todas estas medidas no hacen que el fraude interno sea imposible, pero hace que sea mucho más difícil y probable que se detecte.